jueves, 17 de diciembre de 2015

COMPRENSIÓN LECTORA

LA TORTUGA Y LA LIEBRE

Había una vez una liebre muy orgullosa, porque siempre decía que era la más veloz. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga.
-¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! -decía la liebre riéndose de la tortuga.

Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.

-Estoy segura de poder ganarte una carrera -le dijo.

-¿A mí? -preguntó, asombrada, la liebre.

-Pues sí, a ti. Pongamos nuestra meta en aquella piedra y veamos quién gana la carrera.

La liebre, muy divertida, aceptó. Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Una vez estuvo listo, comenzó la carrera entre grandes aplausos.

Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó hablando con otros animales. ¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle!

Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, eso sí, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo. Se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar. Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Le dejó ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha.

Varias veces repitió lo mismo, pero, a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin detenerse. Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida. Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.

Aquel día fue muy triste para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría jamás: No hay que burlarse jamás de los demás. También de esto debemos aprender que la pereza y el exceso de confianza pueden hacernos no alcanzar nuestros objetivos.

V        F   
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V        F    
La liebre es un animal pequeño pero muy rápido.
La tortuga es un animal lento y torpe porque tiene las patas muy cortas.
En esta historia la tortuga gana una carrera a la liebre.
La liebre de esta historia no ganó la carrera porque se equivocó de camino
La tortuga ganó la carrera porque caminó y caminó sin detenerse.
En estas historias siempre se aprende una lección.


1 comentario:

  1. Buenas noches señores estudiantes, su tarea consiste en leer las dos lecturas, contestar las preguntas, imprimir y entregarme el día de inicio de clases. 2016.
    Les deseo felices fiestas Navideñas y un Venturoso año 2016

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